Hace tiempo que quería retomar la vieja costumbre de escribir en el blog.
El otro lo dejé atrás, olvidado. Es una etapa anterior y (parece mentira pero... ) la siento muy remota, aunque tampoco han pasado muchos años.
Suelo ser imaginativa, pero ésta vez se me ha quedado la mente en blanco a la hora de elegirle un nombre. A mi lado está mi hijo pequeño, de cuatro años, que hoy no ha ido al cole porque ha tenido médico.
Al mirarlo he pensado en sus besitos. Siempre le digo que sus besos son como de azúcar, porque son dulces y huelen a infancia, a chocolate y a meriendas en el parque.
Así que le he puesto el afortunado o desafortunado nombre al blog. Besos de azúcar.
Y lo comienzo en un annus horribilis, el año de la hecatombe en España, el año del monstruo del paro. Besos de azúcar para este 2012. Lo dulce contrarrestará lo amargo de los días venideros.
Un saludo.
El otro lo dejé atrás, olvidado. Es una etapa anterior y (parece mentira pero... ) la siento muy remota, aunque tampoco han pasado muchos años.
Suelo ser imaginativa, pero ésta vez se me ha quedado la mente en blanco a la hora de elegirle un nombre. A mi lado está mi hijo pequeño, de cuatro años, que hoy no ha ido al cole porque ha tenido médico.
Al mirarlo he pensado en sus besitos. Siempre le digo que sus besos son como de azúcar, porque son dulces y huelen a infancia, a chocolate y a meriendas en el parque.
Así que le he puesto el afortunado o desafortunado nombre al blog. Besos de azúcar.
Y lo comienzo en un annus horribilis, el año de la hecatombe en España, el año del monstruo del paro. Besos de azúcar para este 2012. Lo dulce contrarrestará lo amargo de los días venideros.
Un saludo.
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